Tener buenos hábitos de sueño, alimentación, e higiene nos permite sentirnos mejor, da calidad a nuestra vida. Cuando hemos dormido lo que necesitamos y tenemos una alimentación adecuada las dificultades diarias las afrontamos mucho mejor.
A veces nos olvidamos de esto cuando se trata de nuestros hij@s.
Más aún, si observamos un poco a nuestro alrededor en los adultos, nos damos cuenta de que cuando surgen dificultades tendemos a abandonar nuestros buenos hábitos: no podemos dormir, no nos entra la comida o no paramos de comer e incluso descuidamos nuestra higiene.
El hábito de la higiene lo tenemos más integrado en nuestra sociedad, pero en lo relativo al sueño y sobre todo a la alimentación aún tenemos un largo trecho por recorrer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario